En este departamento ubicado en la colonia Nápoles, el diseño fluye con naturalidad y contención. La arquitectura interior se construye desde una cadencia serena: la luz guía el recorrido, las proporciones enmarcan los gestos y cada volumen encuentra su lugar. Muros, mobiliario y recorridos dialogan con armonía, creando una atmósfera que invita a habitar con calma y conciencia del detalle.

Madera cálida, mármol veteado, textiles suaves y una iluminación que acompaña con discreción. La paleta, equilibrada y envolvente, sostiene una narrativa de elegancia sin exceso. Cada pieza, cada textura, aporta profundidad y cohesión: una curaduría precisa que privilegia el silencio visual, el confort táctil y la belleza permanente.